Diversidad arquitectónica, gastronomía exquisita, paisajes costeros impresionantes… la región noroeste de Francia lo tiene todo para enamorar.
Una escapada a Bretaña resulta aún más tentadora gracias a la multitud de actividades disponibles, desde pícnics gastronómicos hasta excursiones en catamarán, visitas a museos o recorridos por monumentos históricos, entre otras.
¿Dónde se encuentra Bretaña?
Bretaña es una región del noroeste de Francia.
Sus principales ciudades son Rennes (capital de Ille-et-Vilaine y prefectura de la región), Quimper (Finisterre), Saint-Malo (Ille-et-Vilaine), Brest (Finisterre), Lorient (Morbihan) y Saint-Brieuc (Côtes-d’Armor).
Al sur de la región se encuentra Nantes, prefectura de Pays de la Loire, y al norte, Rouen, prefectura de Normandía.
También podemos ofrecerle un mapa detallado de Ille-et-Vilaine.
Hemos seleccionado tres de las ciudades más importantes de Bretaña con sus principales lugares turísticos.
Rennes en Ille-et-Vilaine
Los monumentos históricos, los museos, así como los parques y las iglesias forman parte del rico patrimonio de Rennes.
El Parlamento de Bretaña fue construido en 1655 para albergar el Parlamento y cumplió esta función hasta su disolución en 1790 durante la Revolución Francesa. Hoy en día, el edificio alberga la Corte de Apelaciones de Rennes. Se organizan visitas guiadas regularmente para descubrir esta hermosa arquitectura del siglo XVII.
El Parque del Thabor, situado al noreste de la ciudad, fue diseñado en el siglo XIX por Denis Bühler en el huerto de una antigua abadía benedictina. Con más de 10 hectáreas, el dominio incluye un jardín francés, un jardín inglés, un rosal, un jardín botánico, invernaderos, fuentes y un quiosco de música.
La Plaza des Lices, que data del siglo XV, también merece una visita. Situada al noroeste del centro de la ciudad, es conocida especialmente por su emblemático mercado de los sábados por la mañana, de 7:30 a 13:30. Es la segunda plaza pública más grande de Francia, acogiendo a más de trescientos artesanos y comerciantes de toda la región.
Quimper en Finisterre
Quimper es la ciudad más antigua de Bretaña. Fundada por los romanos y con un gran crecimiento en el siglo XVII gracias a la industria de la cerámica, la capital de Cornualles cuenta con una gran riqueza cultural.
El Jardín de la Retraite es uno de sus lugares imprescindibles. Protegido por las murallas de la ciudad, este oasis tranquilo abre al público todos los días desde las 9 a.m., con horarios de cierre que varían según la temporada. El lugar incluye un jardín tropical, un bosquecillo de palmeras y un jardín seco con plantas de México.
La Catedral de Saint-Corentin, nombrada en honor al primer obispo de la ciudad, es una de las obras maestras de la arquitectura gótica bretona. Construida en el siglo XII, impresiona por sus agujas y vitrales llenos de detalles.
El Museo de Bellas Artes también vale la pena visitar. Unas 3.000 pinturas y 12.000 grabados se conservan en este establecimiento, fundado por el ingeniero Jean-Marie de Silguy.
Lorient en Morbihan
En Morbihan, en la costa sur de Bretaña, Lorient es una ciudad cuya identidad está estrechamente ligada al mundo marítimo. El tema marítimo es omnipresente en muchas actividades turísticas, como la exploración de una base submarina nazi o las carreras de yates en la Cité de la Voile.
La Cité de la Voile es, sin duda, uno de los puntos destacados de la ciudad. Como el único museo de Europa dedicado exclusivamente a la navegación, busca atraer a los jóvenes con actividades multimedia como juegos de aparejo, barcos a control remoto y un simulador de regata que permite a 10 visitantes navegar juntos por alta mar.
La base submarina de Keroman también merece una visita. Utilizada por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, fue reutilizada por la Marina francesa antes de convertirse en una de las principales atracciones turísticas de Lorient. Durante una visita guiada, que dura unas dos horas, se aprende más sobre estructuras como el K3, el bloque más grande, de 170 metros de largo y 20 metros de alto.